Cosmética Cruelty Free

Cosmética Cruelty Free

Hoy en día nos encontramos con muchas opciones cosméticas hechas a base de ingredientes naturales; como consumidores conscientes, nos encanta la idea de saber que estamos poniendo en nuestros cuerpos. ¿Pero te has preguntado qué hay detrás de la formulación de tus productos de skincare y cosmética?

Muchos cosméticos ponen a prueba su eficacia, sacrificando la vida de animalitos como conejos, ratones y cerditos.

 

Las pruebas más comunes que se realizan en los animales son:

 

Pruebas de irritación: Frotan el producto final, o las sustancias químicas por separado en los ojos de los animalitos, así como en la piel rasurada. Reaplican cada X horas por varios días e incluso meses.

 

Pruebas de toxicidad: exponen a los animalitos, (principalmente a los ratones) a sustancias químicas de los productos cosméticos, ya sea a través de alimentación o inhalación forzada. También duran semanas o meses las pruebas y después sacrifican al ratón para buscar signos de daños a sus órganos, cáncer, consecuencias reproductivas, etc…

 

Pruebas de dosis letal: Exponen a los animalitos a grandes cantidades de las sustancias repetidamente hasta provocarles la muerte y con eso determinar la dosis máxima de exposición.

  

Los modelos animales no funcionan, no podemos extrapolar que lo mismo que sucede en el organismo de un ratón, rata, cuyo, conejo o perro, es lo mismo que sucederá con un humano. Son pruebas poco fiables, inexactas y muy antiguas. Es egoísta y poco ético utilizar animales inocentes y ponerlos en sufrimiento, con el fin de alimentar nuestra vanidad.

Hoy en día tenemos muchas alternativas como cultivos de células humanas, modelos matemáticos avanzados, ingeniería de tejidos y humanos voluntarios. Todos estos modelos tienen respuestas mucho más cercanas a lo que nuestro cuerpo humano responde.

Como consumidores tenemos el poder de elegir siempre comprar productos que no hagan pruebas en animales y como empresa tenemos la responsabilidad de SIEMPRE ofrecer estos productos, al mismo tiempo que buscamos activamente acabar con esta clase de prácticas en la industria.

 

La naturaleza nos ofrece un millón de productos que podemos utilizar para elaborar cosméticos y productos de cuidado personal, cuyo historial de uso es seguro y no requiere pruebas adicionales.

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